Hay una gran cantidad de puestos de trabajo cuyas actividades diarias entrañan un gran peligro para las manos de los trabajadores. De entre todos ellos, el personal médico es el que más riesgo tiene de infecciones y otras enfermedades contagiosas.

Desde hace siglos, los servicios sanitarios han buscado soluciones para poder atender a sus pacientes sin correr riesgos para su salud. Ya en 1847  los médicos experimentaron con el lavado de manos entre exámenes de pacientes y autopsias y la tasa de mortalidad de los pacientes ¡se redujo en un 90% en dos meses!

En la década de 1980, todo el personal sanitario comienza a utilizar guantes desechables para examinar pacientes, reduciendo considerablemente la tasa de transferencia de enfermedades contagiosas.
Los médicos, enfermeros, ats… corren el riesgo de pinchazos, cortes…exactamente igual que en muchos otros oficios, sin embargo, debido a la máxima higiene exigida, deben usar siempre guantes desechables.
Así que una solución que pronto empezó a extenderse fue el uso de doble guante para aumentar en la medida de lo posible la seguridad.

Pero… doble guante ¿Por qué?
Porque si uno de los guantes sufre un pinchazo o rasgado, el segundo guante puede reducir la exposición a fluidos como la sangre en un 87%.
Las tasas de perforación de los guantes desechables del personal médico varían entre 40% y 61% dependiendo de la especialización.
En situaciones especiales como los quirófanos, las posibilidades de corte o pinchazo son mayores (agujas de sutura, bisturí, escalpelo…) llegando a reportarse accidentes de este tipo en 1 de cada 6 operaciones.

¿Cómo se hace?
Para esta práctica se recomienda el uso de un guante más pequeño en el interior y de una mayor talla en el exterior. Aunque esto ya depende de cada persona y sus sensaciones con los guantes desechables puestos.
La pequeña pérdida de dexteridad y sensibildad en los dedos dura solo los primeros días y es fácil acostumbrarse.

La técnica de los dos colores
Si usamos dos guantes para situaciones de máximo riesgo como una operación, la mejor opción sería utilizarlos de diferente color. Así, si cualquiera de ellos tiene un pequeño orificio es fácilmente identificable y sustituible.
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