La eficiencia de las compañías se fundamenta en una gran medida en su capacidad de compra y gestión. Existen numerosos factores por los cuáles es posible mejorar esta gestión:
– La necesidad de disponer de un stock hace que los almacenes se llenen de productos sin rotación, lo que supone un incremento de costes.
– Una gestión de aprovisionamiento optimizada reduce los gastos de gestión indirectos.
– Las alianzas estratégicas con proveedores pueden suponer una mejora en el margen de compra incrementando la rentabilidad de cada venta.
– La rigidez en la toma de decisiones ralentiza la venta. Una organización ágil y flexible generará una mejora en la rentabilidad.