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¿Ha llegado la hora de cambiar tu calzado laboral?

Para que un trabajador pueda realizar su labor sin impedimentos es fundamental que cuente con un buen calzado laboral. Por desgracia, aunque cuando encontramos un buen calzado le solemos coger cariño y no queremos deshacernos de él, este no es eterno, no durará para siempre, con lo que de vez en cuando tendremos que hacernos a la idea de renovarlo.

Veamos cómo saber cuándo cambiar nuestro calzado laboral:

  • Tiempo de uso: la recomendación general es que debes renovarlo cada año. Aunque, siempre y cuando no encuentres ninguna de las deficiencias siguientes, si te encuentras cómodo con él podrás “exprimir” su uso muchos meses más.
  • Suela desgastada o deteriorada: echa un vistazo al dibujo de la suela, si este está muy deteriorado o ha perdido el relieve deberás renovarlo ya que será notable la pérdida de confort. Además, aumenta el riesgo de posibles lesiones por el mal apoyo del pie. Una suela desgastada puede producir caídas y resbalones al pisar sobre mojado. En ocasiones, como tu pisada es distinta de un pie a otro, puedes notar como el desgaste entre los diferentes pies varía.
  • Grietas: si en la zona de la entresuela observas pequeñas grietas o estrías es porque el calzado está perdiendo sus propiedades de amortiguación.
  • Plantillas rotas: aunque no siempre es sinónimo de calzado desgastado, saca la plantilla y mírala por debajo. Si por algunas zonas, sobre todo la puntera, están rotas o apenas tienen grosor, es señal de que han soportado muchas jornadas de trabajo. Cámbialas por unas nuevas si el calzado no tiene otras deficiencias o sustituye el calzado por uno nuevo.
  • Otros defectos: tanto si detectas que el cierre no funciona correctamente como si el forro o el corte presentan roturas o dejan a la vista bordes afilados que puedan causar heridas, deberás reparar los defectos si es posible o cambiar el calzado.
  • Dolores: si comienzas a notar dolores fuera de lo común en el talón, el tobillo, la rodilla, aparecen molestias en el tarso o tendón de Aquiles, incluso en los músculos, puede ser señal de calzado deteriorado. Los dolores tienden a aparecer cuando la pisada es más traumática debido a la deficiente amortiguación. En este caso no esperes, es el momento de cambiar.

Por último recuerda, la vida útil del calzado está directamente relacionada con las condiciones de uso y la calidad de su mantenimiento.

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